Decisiones.

Realmente no somos conscientes del número de decisiones que componen nuestra vida.
Toda ella está impregnada de éstas, más faciles o más difíciles, pero nuestro día a día se reduce así.
Sí te fijas, desde el momento en el que te despiertas ya estas tomando decisiones, sí te levantas de la cama o duermes un poco más, sí tomas un café o un zumo, sí te pones el vakero corto o el largo... y cada elección producirá una consecuencia proporcional al tipo de decisión.
Pienso que con cada elección correrás un riesgo, el riesgo de haber decidido bien o mal, hay veces en las que es mínimo, pero aún así está presente.
Decidir seguir un camino, u otro, puede parecer fácil, pero pienso que no lo es, creo que es una de las decisiones de las que más consecuencias se podrán derivar.
El simple hecho de decicidir un camino, hara que adaptes tu vida conforme a éste, haciendote cambiar, a veces para bien y otras para mal.
Hay personas que en la elección de su nuevo camino maduran, aprender a valorar todo aquello que le rodea, a ser mejores personas, a ayudar y a ver las cosas desde otro punto de vista. En cambio hay otras, que con la misma decisión dan un catastrófico cambio, empiezan a dejar de pensar en los demás y pensar simplemente en aumentar su estupido ego.
Pienso que todo cambio no siempre es malo, siempre y cuando cambies para evolucionar, pues la esencia de la vida se encuentra en ello.
Con el paso de los años nuestras necisidades evolucionan, dejan de preocuparnos si nos han quitado el juguete, si no nos dejan ver la tele por la noche o sí se ha enfadado una amiga.
Pienso que debemos estar a la altura de las circunstancias y ésta es la única manera de ser feliz, equiparando cada etapa de la vida con nuestras actuaciones, emociones y sentimientos.
Sí intentas recuperar todo aquello que en otra etapa te toco hacer y por unas o otras circunstancias no hiciste, lo más probable es que intentes volar más alto de lo que toca y por tanto, la hostia cuando caigas sea mayor, porque la vida no esta basada en un equilibrio permanente.
Tienes que buscar tu propio equilibrio, aunque no siempre estes en lo más alto, porque de los herrores se aprende, y aunque los comentas mil veces, al final aprenderás.