domingo, 26 de junio de 2011

Papas.

Mi padre se llama Julián, es un hombre de estatura alta, con su tripita cervecera, tan moreno de piel que mi madre siempre dice que vino en patera, tiene los ojos grandes y la nariz chata y todo el pelo que no tiene en la cabeza lo tiene en el pecho, mi madre siempre dice que parece un bombón porque es gordito, calvito y morenito (eso es porque lo ve con buenos ojos). Todo el mundo dice que me parezco a él y realmente es algo de lo que me siento orgullosa, aunque de pequeña me enfadase cada vez que me lo dijesen.
Es madrugador, muy trabajador y le encanta el deporte, sobre todo el frontón, juega todos los sábados. Es cariñoso, puñetero y divertido, con él en casa y de buen humor no hay quien se aburra. Por último diré que es el hombre con el corazón más grande que conozco, además de ser un gran protector con su hija.
Odia que vaya descalza, que no obedezca a la primera y que lleve vestidos cortos. No le gusta mi cabezoneria aunque la comparta. Y le encantan mis ojos y mi nariz, nunca olvida decirme lo guapa que he salido. Siempre quiere que vaya con ellos, ya sea de viaje o a cenar. Le hago feliz cuando estoy en casa, y aunque me riña, se que está contento de que este en casa haciendo de las mías.
Siempre dijo que no quería un hijo tonto, que quería un hijo travieso y mi madre dice que Dios le escuchó y cumplió su petición.
Y aunque el diga que lo mejor que le ha pasado en la vida ha sido tenerme a mi, yo creo que lo mejor que le ha podido pasar ha sido conocer a mi madre, no sólo porque si no yo no estaría aquí, si no porque es la persona más maravillosa del mundo.
Mi madre se llama Cristina, es de estatura media, muy muy delgada (mi padre siempre se burla diciéndole que tiene patitas) y tiene una preciosa sonrisa.
Es la persona más comprensiva que conozco, es a la primera que llamo cuando tengo algo que contar. Siempre me dice que soy igual que ella, demasiado despegada de la familia.
Mi abuela nos dice que cuando mi madre era joven era como yo, y quizá por eso me comprenda tanto.
No suele enfadarse, aunque cuando lo hace parece el enanito gruñón, pero enseguida se le pasa, creo que no le gusta nada enfadarse conmigo.
De mayor me gustaría ser igual con mis hijos, ya que no puedo tener la más mínima queja sobre ella, y sí, para mi es la mejor madre del mundo.
Mi madre también es muy protectora aunque no lo demuestre tanto como mi padre. No suele dormirse hasta que llego a casa y si estoy triste, noto que ella también lo está.
Así son mis padres, cada uno por separado. Cuando están juntos siempre ríen y se gastan bromas (son como zipi-zape).
Y aunque son muy distintos, se complementan perfectamente, y la verdad es que se que no podrían vivir el uno sin el otro. Mi padre se pasa el día llamando a mi madre y aunque ella diga que es un pesado, se que le encanta que le llame.
Ya llevan 25 años casados, y siguen igual de felices que al principio ( aunque con un pequeño estorbo de más)
¡Felicidades papas!

1 comentario:

  1. pero que bien escribes gordita :)
    me encanta!^^
    y sí, tienes unos padres muy majos =)

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